sábado, 24 de diciembre de 2011

Christmas

     Puede que realmente hayan ocurrido cosas fatídicas y crueles a lo largo de una historia que, codiciosa, anhela comenzar desde el inicio.
     Todo en torno a un ser que perciba de un sólo color será el mayor de los pusilánimes. El valiente es capaz de descubrir y otear horizontes infinitos colmados de una constante e ininterrumpida gama de colores. El audaz puede reparar en la presencia de un gris apagado, un blanco insípido y apático, quizá en un negruzco sombrío y turbio; tal vez dicho confín solamente es capaz de mostrar un colorido ténue y débil. El intrépido debe buscar; palpar un azul brillante y plácido, el vivo rojo del requiebro o el rozagante verde. No es tarea sencilla encontrarlos, cualquiera que manifieste haberlo podido observar se verá sumergido en la más profunda mendacidad; para hallarlos hay que profundizar en el dolor y la aflicción, conocer la congoja y sonreir al temor.
     La existencia para un ser humano no es de un rosa ingenuo e inocente; sujeta con vigor tu propia mano y brindate un futuro del cual no puedas llegar a distinguir el color que se pueda exponer a tu lado a consecuencia de haber millones a tu alrededor.


     ¿Sabes qué puedo llegar a distinguir hasta donde mi vista alcanza? 
     Nada.

     Veo la tristeza, rozo la dicha, siento la pesadumbre, noto la presencia de mi conciencia despotricar, percibo una leve sonrisa...
     Tú no eres capaz de ver todo de un solo color, allegado, porque eres un valeroso dispuesto a luchar dándolo todo por lo que verdaderamente importa: tu propia vida.


     Levántate herido, camina sanguinolento hacia tu umbral y observa; es Navidad y alguien dejó un pequeño regalo a tu lado que jamás te dejará desamparado: tu amiga.


Feliz Navidad.



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